Las escuelas deportivas juveniles de la reserva olímpica (SDUSHOR) son instituciones educativas donde se entrenan atletas profesionales. En realidad, desde el nombre en sí, la tarea principal que enfrentan tales instituciones educativas es clara: preparar a hombres y mujeres jóvenes que puedan competir con éxito en competencias juveniles del más alto nivel y, posteriormente, en competencias entre adultos.
En total, hay más de 450 escuelas de la reserva olímpica en Rusia. Su historia comienza en los años 30 del siglo XX, cuando se creó un club deportivo para niños en la Dynamo Sports Society.
Por supuesto, los estudiantes no solo practican deportes, sino que también pasan por un currículo escolar integral. Sin embargo, la capacitación será en primer lugar en cualquier caso. Por lo tanto, los padres que desean enviar a sus hijos a una escuela de este tipo deben pensar cuidadosamente: ¿realmente quiere conectar su destino con el deporte profesional? ¿Soportará un alto estrés físico y psicológico? ¿Está listo para el hecho de que tendrá que olvidarse del descanso y el entretenimiento, de que cada minuto libre se dedicará a la capacitación? Si existe la más mínima duda, es mejor no arriesgarse y no romper el destino del niño.
Al elegir una escuela para la reserva olímpica, es necesario prestar atención a una serie de circunstancias. En primer lugar, qué tipo de deporte le gusta a un niño, porque no todas las escuelas entrenan a atletas en esta especialidad. Por ejemplo, si un niño ama el fútbol y quiere convertirse en un atleta profesional, los padres deben prestar atención a las escuelas de las sociedades CSKA y Dynamo. En segundo lugar, dónde está la escuela, cuáles son sus revisiones. En tercer lugar, qué tipo de documentos se requieren para la admisión (las diferentes escuelas pueden tener sus propias características). Y así sucesivamente. Trate de recopilar tanta información como sea posible para no equivocarse con la elección.
Recuerde que las clases en la escuela de la reserva olímpica requieren fuerza y resistencia. Por lo tanto, los padres deben asegurarse de que sus hijos participen regularmente en educación física, coman bien y observen el régimen diario. Idealmente, observe el principio: "¡Papá, mamá, soy una familia deportiva!" Corridas conjuntas por la mañana, ejercicios matutinos, ejercicios al aire libre: todo esto es útil no solo para el niño, sino también para los padres.
En una palabra, si no hay duda, lleve al niño a esa escuela. Quién sabe, tal vez este sea el futuro campeón olímpico.