Las competiciones de esgrima de sable y florete han sido parte de los Juegos Olímpicos de verano desde 1896. En 1900, se agregó una competencia de espadas a las disciplinas existentes. Las mujeres comenzaron a participar en esgrima en los Juegos Olímpicos en 1924.
Para llevar a cabo la batalla, los tiradores necesitan una pista de 14 metros de largo y 1, 5 a 2 metros de ancho.
Los atletas usan tres tipos de armas: una espada, estoque o sable. En las competiciones en los escalones o las raquetas, el número de inyecciones es fijo, porque este tipo de armas son penetrantes. Si la batalla se lleva a cabo en sables, que también es un arma cortante, entonces los golpes de ellos también cuentan.
Skazhisty tiene derecho a aplicar inyecciones en varias partes del cuerpo. La excepción es la parte posterior de la cabeza. Al mismo tiempo, el estoque solo puede tocar el cuerpo. Las inyecciones restantes no se contarán. Otra diferencia entre las peleas con rapiers y espadas es la secuencia de ataques. La esgrima de esgrima se lleva a cabo entre oponentes sincrónicamente, y los tiradores actúan en cierto orden. El derecho a inyectar se transfiere de un atleta a otro.
Para los tiradores, es importante poder coordinar adecuadamente sus acciones. Es necesario evitar ataques enemigos, infligir inyecciones y ataques y al mismo tiempo observar las reglas establecidas para este deporte olímpico.
Para que las inyecciones se cuenten con precisión, los atletas se ponen un uniforme blanco. Se pone una punta de tinta empapada en algodón en el arma. En contacto con la ropa del tirador, el estoque, la espada o el sable dejan una marca.
Los grandes atletas de esgrima se llaman el "maestro". Entre los poseedores del récord de las medallas olímpicas recibidas, se puede distinguir al italiano Edoardo Manjarotti, que ganó 13 medallas de 1936 a 1960, de las cuales 6 fueron de oro, 5 de plata y 2 de bronce. El atleta húngaro Aladar Gerevich está un poco por detrás de Manjarotti: tiene 10 medallas olímpicas, 7 de las cuales son de oro. En el campeonato femenino, las atletas italianas destacaron: Valentina Vezzali y Giovanna Trillini.