Casi desde el momento en que revivieron los Juegos Olímpicos, las mujeres obtuvieron el derecho de participar con los hombres. Sin embargo, algunos países hasta hace poco no permitían que las mujeres se unieran a sus equipos. Estos estados incluyen Arabia Saudita.
Arabia Saudita ha estado participando en los Juegos Olímpicos desde 1972. Y todo este tiempo solo los atletas masculinos formaron parte del equipo. Esta situación es fácil de explicar. Arabia Saudita es uno de los países musulmanes más ortodoxos. Los derechos de las mujeres en este estado están severamente limitados. No tiene derecho a estudiar, trabajar o viajar sin el permiso de un pariente masculino. Ella no puede obtener una licencia y conducir un automóvil. Incluso su apariencia está estrictamente regulada. Toda mujer que ha venido de la infancia está obligada a usar un hijab en lugares públicos, una bufanda que cubre su cabello y cuello, y una abaya, una túnica negra de corte suelto en el piso y con mangas largas. La mayoría de las mujeres también se cubren la cara.
En tales circunstancias, la participación de las mujeres en cualquier competencia deportiva pública es imposible simplemente por consideraciones de decencia y moralidad religiosa.
Sin embargo, el gobierno del reino árabe tuvo que hacer concesiones. Durante muchos años, el Comité Olímpico Internacional ha amenazado al país con la descalificación de los Juegos Olímpicos por no permitir que las mujeres califiquen. Y en 2012, estas medidas entraron en vigencia. Se decidió permitir que los atletas sauditas sean seleccionados para los Juegos Olímpicos y, si tiene éxito, incluirlos en el equipo.
Debe tenerse en cuenta que la participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos se ha convertido en un elemento del curso general de la democratización gradual de la sociedad saudita. Por ejemplo, ya en 2015, se planea admitir mujeres candidatas para participar en las elecciones de los gobiernos locales. Estas concesiones están asociadas no solo con la presión internacional, sino también con los cambios en una sociedad saudita conservadora. Un número cada vez mayor de residentes sauditas, que miran a los países vecinos, por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos, llegan a la conclusión de que cierta independencia de las mujeres no conduce a un deterioro de la moral o una crisis en la sociedad.