La natación sincronizada es uno de los deportes más bellos y espectaculares. Se basa en el hecho de que los atletas realizan movimientos sincronizados en el agua con música, representando varias figuras. Este deporte puede parecer fácil, elegante, pero de hecho exige mucho a los atletas. Deben ser resistentes, flexibles, controlar perfectamente la respiración, sin mencionar el sentido del ritmo y el arte.
A pesar del hecho de que la natación sincronizada se conoce desde los años 20 del siglo pasado, y en 1948 se realizaron las primeras demostraciones de atletas en los Juegos Olímpicos de Londres, este deporte no pudo obtener el estatus olímpico durante mucho tiempo. Fue tratado, más bien, como un espectáculo muy hermoso y espectacular. Solo en 1984, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, la natación sincronizada debutó como un deporte en toda regla. Luego pasó la competencia en singles y dobles.
En los Juegos Olímpicos de 1996 en Atlanta, en lugar de individuales y dobles, las competiciones se realizaron en ejercicios grupales, es decir, solo se jugó un conjunto de medallas. Y, comenzando con los Juegos Olímpicos de Sydney (2000), se jugaron dos conjuntos de premios: en competencias de dúo y en equipos.
Los atletas realizan dos programas: obligatorio y gratuito. En el primer caso, deben representar ciertas figuras, en el segundo, no hay restricciones, cada equipo elige independientemente el acompañamiento musical y la composición coreográfica. La evaluación la realiza el panel de jueces que consta de 10 personas, divididas en dos grupos. Los primeros cinco jueces otorgan calificaciones por la técnica del programa, el resto por arte. La puntuación máxima posible es de 10 puntos.
La natación sincronizada es uno de esos deportes en los que los atletas rusos son tradicionalmente fuertes. El equipo nacional de nuestro país fue el favorito indiscutible en los Juegos Olímpicos de 2000 en Sydney, 2004 en Atenas y 2008 en Beijing, muy por delante de los competidores más cercanos. Y hace unos días, en los Juegos Olímpicos de Londres, las atletas rusas Natalya Ishchenko y Svetlana Romashina volvieron a ganar medallas de oro, prácticamente sin posibilidad para sus rivales. ¡Están por delante de los españoles, que tomaron el segundo lugar, por hasta cuatro puntos! Todos estos éxitos se lograron bajo el liderazgo de T.N. Pokrovsky, el entrenador permanente del equipo ruso.